Madelaine

Hace un rato que me he quitado los cascos. Los disco que hoy me he bajado suenan bien... ¿y que me perfora el tímano? Un horrible programa en Antena 3 en que supuestos expertos analizan escrupulosamente un caso que hace tiempo ellos mismo han convertido en un circo.

Pobre niña, a saber dónde cojones estará, si viva o muerta... a saber.

Pero lo triste y lamentable del asunto no es la ineptitud de las policias portuguesas o inglesas, sinó la cantidad de burradas, idas y venidas y ese sacos de sandeces que la prensa (y no sólo la del corazón) está soltando.

A mi esto ya me huele mal, independientemente de si la han matado los padres, si algún hijo de puta la ha raptado o si estaba la chiquilla hasta los cojones de todo y se fue a recoger rovellones. La cosa, por su volumen mediático se empieza a parecer al caso de las niñas de Alcasser. Sólo nos falta el ¿Quién sabe dónde? removiendo cielo y tierra por un lado, y a la Nieves Herrero soltando animaladas por otro.

Bochornoso espectáculo el de periodistas de veinte duros, que después de urgar en las basuras de la novia del ex de la que una vez se la chupó al Beckam, se hace los gallitos expertos en el tema del seguimiento de rastros; que mucho han visto CSI... pero claro, como esto no es ni Las Vegas, ni Miami ni ná, pues la justificación de su ineptitud está servida.

Que no, que nadie, y mucho menos una niña, se merece que de su desaparición se monte tal sarao. Que si la pobre está criando gusanos, a éstos les estará sentando mal la digestión.

Yo no sé si la han raptado o si le han dado matarile; a duras penas te señalo el Algarve en el mapa... pero lo que sí conozco es a los Ingleses y a los Portugueses... y, creedme, a cabezones sólo les ganamos los españoles. Así que esto va a ir para largo mientras no se pongan de acuerdo en qué dirección investigar.

Y mientras tanto, pues la escoria periodística de este país nos entretendrá con más animaladas y gilipolleces, luchando entre ellos para ver quién hace de Nieves Herrero esta vez... total, a quién le importa la subida del Euribor, el paro, el terrorismo, la ineptitud de nuestros mandamases, etc.

En fin, que mientras vuelvo a enchufarme los cascos para escuchar algo más digno de mis orejas, apago la tele cagándome en todo ese sistema televisivo que tanto divierte a personal.